Crítica " El Muro Cultural"

Un matrimonio que quiso vivir mejor y creyó en la falacia de que pidiendo créditos y viviendo a cuenta tendría un futuro venturoso. Apenas si compraron un rato del presente. Y de esto se dieron cuenta cuando tuvieron que comenzar a pagar la deuda contraída.Hay modernas formas de esclavitud. Aquí hay una. Que se agrava y profundiza con cada renegociación que de manera inevitable tienen que encarar, porque obviamente, no pueden pagar. Entonces, no sólo pierden los bienes materiales que han logrado conseguir a lo largo de su vida. En el camino queda, la autoestima, la dignidad, la libertad, la identidad. El propio ser.En este caso, cualquier parecido con la realidad, no es mera coincidencia. Ariel Barchilón estructura una trama muy sólida, para poner en escena a sus personajes. Así, asistimos a una especie de reality show de la dependencia. Lo que "Salvavidas de plomo" pretende y logra plasmar en medio de juegos y situaciones
aparentemente risueñas, es una mirada dolorida y lúcida sobre la realidad Argentina de los últimos años. Nuestra realidad.Hay momentos muy logrados, en escenas inteligentemente resueltas ( que no revelaré para no privar de la grata sorpresa a los espectadores ) desde la dirección y el trabajo de los actores, en donde se pone de manifiesto cierto rasgo cultural de facilismo que nos identifica. Nos guste o no.Con una escenografía en la que no sobra ni falta ningún elemento, un vestuario sugerente, efectos sonoros adecuados y una cautivante partitura musical a cargo de Rodolfo Mederos; el director Marcelo Mangone encuadra todos estos ingredientes a la perfección, apoyado y sustentado en las muy buenas interpretaciones de Arturo Bonin y Susana Cart. Ambos ponen toda su energía, entrega y capacidad lúdica en función de un trabajo en equipo que se nota sobre el escenario. Cuando los actores disfrutan en escena, los espectadores también lo hacen en la platea. Muy buenos trabajos desde lo corporal y los matices vocales, que dan credibilidad a "Chechu" y "Luli". "Salvavidas de plomo" es una de esas comedias en las que luego de soltar la carcajada, uno se queda pensando: de qué me estoy riendo. Y este es todo un logro. Hacernos pensar.MUY BUENA